Mi fragilidad

31.1.10


Cuida de mis labios,
cuida de mi risa.
Llévame en tus brazos,
llévame sin prisa.

No maltrates nunca mi fragilidad,
pisaré la tierra que tú pisas.

Cuida de mis manos,
cuida de mis dedos.
Dame la caricia,
que descansa en ellos.

No maltrates nunca mi fragilidad,
yo seré la imagen de tu espejo.

Cuida de mis sueños,
cuida de mi vida.
Cuida a quién te quiere,
cuida a quién te cuida.

No maltrates nunca mi fragilidad,
yo seré el abrazo que te alivia.

Cuida de mis ojos,
cuida de mi cara.
Abre los caminos,
dame las palabras.

No maltrates nunca mi fragilidad,
soy la fortaleza de mañana.

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos.

30.1.10



Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.

Miguel Hernández

Tengo estos huesos hechos a las penas

27.1.10


Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.

Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.

Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.

Miguel Hernández

De que callada manera

20.1.10



  • De que callada manera se me adentra usted,
  • sonriendo, como si fuera la Primavera
  • y yo, muriendo.
  • Quién le dijo que yo era risa siempre
  • y nunca llanto.
  • Como si fuera la primavera.
  • No soy tanto
Fragmento: Nicolás Guillén

Basta

Basta...
basta no quiero más de muerte
no quiero más de dolor o sombras basta
mi corazón es espléndido como una palabra

mi corazón se ha vuelto bello como el sol
que sale vuela canta mi corazón
es de temprano un pajarito
y después es tu nombre

tu nombre sube todas las mañanas
calienta el mundo y se pone
solo en mi corazón
sol en mi corazón.
Primer poema Del libro “Debí decir te amo

(Antología de poemas de amor)
De La Bitácora de Gelman



Y ahora a tratar de conquistar
con vano afán
ese tiempo perdido
que nos deja vencidos...

Tú también puedes hacerte daño

15.1.10


Son muchas las formas que tenemos de hacernos daño, quizás una de las más comunes sea la falta de autoestima, la insatisfacción ante lo que uno es o ante lo que nos hemos ido convirtiendo con el tiempo.
Este fenómeno ocurre en cualquier edad, pero es especialmente peligroso en la adolescencia, momento en el que te marcas tu propio camino; si entonces no eres capaz de aceptarte es difícil que consigas desarrollarte en plenitud.
La inseguridad, el descontento contigo mismo/a pueden llevarte a situaciones extremas que lejos de resolver tus problemas , los agravarán. Estoy pensando por ejemplo, en todos los adolescentes cuyos trastornos de personalidad les llevan a un trastorno en su conducta alimenticia (anorexia y/o bulimia), que repercute negativamente no sólo sobre su salud sino también sobre esa búsqueda de felicidad que o de perfección física que supuestamente subyace tras su problema.

En este enlace hay un artículo muy interesante sobre este tema: "La
enfermedad que come a la gente que no come", ojalá pueda ayudarte.


Me robaron los espejos
para que no pudiera reconocerme.

Fui hogar, puerto,
sostén, fortaleza,
remanso, caverna de silencio,
cobertor, refugio,
paño de lágrimas,
umbría en verano,
en invierno hoguera,
alcoba, vestidor y lecho.



Fui tierra fecunda,
día laboral nunca festivo,
inventora de tiempo,
desheredada del ocio,
vida entera en ara de sacrificio.



Fui despensa generosa,
cuna, columpio y escuela,
sanatorio y velada,
espalda robusta y arrullo,
piel marcada a hierro de dueño.

Fui alfombra herida
de ardientes espuelas,
vertedero de todos los residuos.

Fui sombra, no cuerpo,
apellido sin nombre ni estrella.


Pero hoy abrí los ojos,
encendí las luces
siempre vertidas en mi alma
y abrazada al influjo de la luna
bebí de la fuente
donde brotan todos los espejos.




Autora: Mª Teresa Sánchez Martín

Mantén la calma

7.1.10

 Ya no llevo conmigo
las rosas del ayer entre mis dedos
y los fantasmas viajan a deshora
para ocultarnos todo el horizonte
que se rompe,cual islas diminutas
en medio de la niebla dejándonos muy solos
con todas las preguntas flotando en la retina

Autor: Luis García Pérez

Acabo de leer un texto firmado por Gabriel Sandler que me ha encantado.
Estoy totalmente de acuerdo con lo que dice, pero me parece imposible conseguirlo.
A mis compañeros de trabajo les sorprendería escucharme decir algo así porque la sensación que transmito siempre es la de tranquilidad, calma,creo que no me han visto perder jamás los estribos, es como si tuviera un control absoluto sobre mí misma.
Nada más lejos de la realidad.

Cuando alguno me lo dice, y ya lo han hecho varios, no puedo por menos que sonreírme y dar gracias al cielo porque mis sentimientos reales no afloren, me da miedo sentirme desprotegida.
Sólo aquellos que han aprendido a descifrar mi mirada son capaces de averiguar como me siento realmente.

Cómo evitar la tensión interna provocada por miles de demonios que me invaden cada día, cómo poner la mente en blanco, cómo se hace esto.

Leed el texto a ver si a vosotros os da pistas y si tenéis alguna que pueda ayudarme, con gusto la recibiré.





"Cuando no haya ninguna razón como para mantener la calma, mantén la calma. Porque es en esos momentos cuando la influencia de tu tranquilidad puede resultar fundamental.

El mundo que te rodea suele ser un caos. Pero tú no tienes por qué hacerlo tuyo, subiéndote a ese caos ni luchando contra él.

Por un instante, pon tu mente en blanco y no pienses en nada. Detén tus pensamientos antes de que empiecen y disfruta de la serenidad de, tan sólo, ser. Luego, vuelve a poner en tu mente sólo aquellas cosas en las que realmente deseas concentrarte. Dale un lugar a la paz para que se instale en ti, y lo hará.

Para estar tranquilo o tranquila no se requiere ningún esfuerzo ni circunstancia particular. Si sacas del medio los ruidos, las preocupaciones y las ansiedades, la paz fluye para llenar el vacío que ha quedado.

Mantente tranquilo, especialmente cuando el mundo que te rodea no está en paz. Y experimenta la enorme y positiva diferencia que ello siempre produce."

Umbrío por la pena

3.1.10



Umbrío por la pena, casi bruno,
porque la pena tizna cuando estalla,
donde yo no me hallo no se halla
hombre más apenado que ninguno.

Sobre la pena duermo solo y uno,
pena es mi paz y pena mi batalla,
perro que ni me deja ni se calla,
siempre a su dueño fiel, pero importuno.

Cardos y penas llevo por corona,
cardos y penas siembran sus leopardos
y no me dejan bueno hueso alguno.

No podrá con la pena mi persona
rodeada de penas y de cardos:
¡cuánto penar para morirse uno!

Miguel Hernández

(Aquí os ofrezco una magnífica versión de Serrat)