Tu mirada quieta

30.4.10

Qué importante es tener una mirada con vida.
¿Os habéis fijado alguna vez en lo inexpresivas que son las miradas de algunas personas?

Viajo pocas veces en metro, pero cuando lo hago tengo tendencia a fijarme en los ojos de la gente y, no sé si es porque a menudo la gente está demasiado cansada después de una larga jornada de trabajo, o si realmente su mirada no es más que un reflejo de una vida vacía; lo cierto es que casi siempre me impresionan unos ojos sin vida.



Si esos ojos que se sientan frente a ti, son los ojos de un desconocido/a la impresión no deja de ser fugaz, pero si es alguien a quien quieres, la cosa cambia.

¡Qué daño puede hacer una mirada quieta!

Es tu mirada quieta la que me hiere y no sólo porque me está diciendo que ya no te importo, sino porque me ignoras.

No resulta fácil
ignorarlo todo y empezar de nuevo.

No resulta fácil
olvidarlo todo
y empezar de nuevo.

No resulta fácil
inventarse un verso.

Dos bocas

28.4.10



La luna nos buscó desde su almena,
cantó la acequia, palpitó el olvido.
Mi corazón, intrépido y cautivo,
tendió las manos, fiel a tu cadena.

Qué sábanas de yerba y luna llena
envolvieron el acto decisivo.
Qué mediodía sudoroso y vivo
enjalbegó la noche de azucena.

Por las esquinas verdes del encuentro
las caricias, ansiosas, se perdían
como en una espesura, cuerpo adentro.

Dios y sus cosas nos reconocían.
De nuevo giró el mundo, y en su centro
dos bocas, una a otra, se bebían.

Soneto de la luna.
Autor: Antonio Gala

Por si algo fuera mal

13.4.10



Admito que estoy asustada.
Reconozco que he llegado al límite de lo que puedo soportar.
¡Ya no puedo más!... me rindo.
Ocho años de silencio llevo ya
Esperando que la solución llegue de alguna inspiración divina
que cansada de verme en este estado me dé algo de alivio.
Y no llega
Y no puedo seguir.
No tengo fuerzas.
Así que me pongo en manos del destino,si es que existe un destino.
Y si algo fuera mal,
o peor.
Éste será el fín.




"On my way back home "

Llevadme al cementerio

3.4.10

Llevadme al cementerio
de los zapatos viejos.

Echadme a todas horas
la pluma de la escoba.

Sembradme con estatuas
de rígida mirada.

Por un huerto de bocas,
futuras y doradas,
relumbrará mi sombra.