Mirar profundo

7.5.09

Supongo que os preguntaréis por qué insisto en hablar de ella, mi perra, mi compañera de fatigas durante 12 años, sólo hay un motivo, la extraño...

Siento nostalgia de su presencia.
Murió hace un año y no hay día en que al abrir la puerta no espere que venga corriendo hacia mí, pidiéndome con su mirada que deje todo, para salir a darle ese paseo que le es tan necesario ,después de muchas horas de quedarse en casa esperándome.

Sé que suena a ñoño, pueril quizás, y que si no habéis tenido un perro es difícil que entendáis lo que siento, pero no importa, a fin de cuentas esta página no es más que un desahogo .

De cara al exterior uno asume la ausencia de un ser querido como un proceso natural, la muerte nos llega a todos y debemos aceptarla con entereza.

¡Qué fácil se dicen algunas cosas y qué difícil es asumirlas!

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